jueves, 30 de octubre de 2014

Tratamiento de los Tumores Cerebrales



Los tumores cerebrales tienen diversos tratamientos. Para elegir un tratamiento u otro depende del tamaño y el tipo de tumor, su velocidad de crecimiento, su ubicación en el cerebro y el estado de salud del afectado. Entre las opciones de tratamiento están la cirugía, radioterapia y quimioterapia. agentes biológicos dirigidos o bien, puede haber una combinación de éstas. 
La primera recomendación de tratamiento, si es posible y no es peligrosa, es la extirpación quirúrgica del tumor, para así reducir la presión sobre el cerebro rápidamente.Si un tumor cerebral está en la zona del tronco cerebral, independientemente de si es benigno o maligno, debe operarse sin más dilación porque aquí hay áreas cerebrales importantes para la vida como el denominado centro de respiración. En tumores cerebrales malignos destructivos que crecen dentro del tejido cerebral no es posible la cirugía radical, es el caso del "gliobastomas", el objetivo de esta cirugía es la disminución de masa tumoral.
En estas últimas dos décadas los investigadores han desarrollado nuevas técnicas para administrar radiación, sólo, al tumor cerebral y no al resto de tejidos cercanos. Entre estos tratamientos se encuentran la braquiterapia, la radioterapia de intensidad modulada y la radiocirugía.
La radioterapia de todo el cerebro es una opción para tumores múltiples o para tumores a los que no se pueden acceder fácilmente con el tratamiento focalizado.

La labor del Terapeuta Ocupacional en pacientes con Tumor Cerebral

Los tumores cerebrales pueden dejar numerosas secuelas tanto por su presencia y el lugar vital que ocupa como por alteraciones provocadas por los tratamientos (quirúrgico, radioterapia). Las alteraciones que pueden presentar son motoras, sensitivas, de coordinación, trastornos de la marcha, déficit cognitivo, limitación en la comunicación, trastornos de la conducta y emocionales.

Para el tratamiento de estos síntomas, tienen que intervenir neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.

Nos vamos a centrar en terapeutas ocupacionales. ¿Qué es la Terapia Ocupacional? Es una profesión socio-sanitaria que a través de la valoración de las capacidades y problemas físicos, psíquicos, sensoriales y sociales del individuo pretende, con un adecuado tratamiento, capacitarle para alcanzar el mayor grado de independencia posible en su vida diaria, contribuyendo a la recuperación de su enfermedad y/o facilitando la adaptación a su discapacidad

La terapia ocupacional se encarga de las siguientes áreas:

Intervención sobre habilidades alteradas tras la lesión neurológica
- Mejorar la funcionalidad del miembro afectado
- Aumentar la independencia en actividades de la vida diaria
- Adaptación del entorno
- Recomendación de ayudas técnicas
- Consejos a familiares
- Reorientación vocacional / Reinserción laboral


Los terapeutas ocupacionales que trabajan con niños con cáncer se enfrentan a un reto profesional en el que los niños presentan problemas motores, emocionales, cognitivos, de integración sensorial y habilidades sociales. La intervención ofrecida por el terapeuta necesita mantener y fortalecer estas funciones relacionadas con la vida diaria. 
Los terapeutas ocupacionales no trabajan con los niños de forma independiente, sino como individuos dentro de una familia, y de un entorno social y ambiente concretos. Los padres, en particular, son de gran importancia para el terapeuta y es necesario incluirlos dentro del programa de tratamiento.
Este profesional debe estimular al niño a mantener su capacidad de autocuidado, su independencia, tanto como sea posible: en la escuela, en el juego/tiempo libre, mecanismos de defensa para hacer frente a la enfermedad, y en el entorno.

Factores pronósticos

Un factor pronóstico es aquella información de la enfermedad que nos permite conocer cómo puede comportarse y valorar el tratamiento más adecuado.
Entre los factores pronóstico a valorar en los tumores cerebrales están los siguientes:

- Tipo histológico (tipo de tumor cerebral)
Sabemos que no todos los tumores cerebrales se comportan de la misma forma, ya que, según la estirpe celular puede tener diferentes formas de extensión, mayor o menor agresividad. Como por ejemplo, no es lo mismo un astrocitoma (grado II) en comparación con el astrocitoma anaplásico (grado III).

- Grado histológico:
Informa dentro de un mismo tipo histológico sobre el comportamiento del tumor. Se han establecido cuatro grados (I a IV) siendo los tumores de grado III y IV los de comportamiento más agresivo y menor supervivencia. Los tumores de grado II son de comportamiento intermedio y pueden progresar a grado III o grado IV con el tiempo.

- Alteraciones genéticas y moleculares
Cómo la medicina está avanzando tanto, en estos últimos años está habiendo cambios notorios en este apartado. Disponemos de más y nueva información que nos permite, sobre todo en los gliomas, individualizar cada vez más el tratamiento. Algunas características moleculares también conocidas como Biomarcadores y que vamos conociendo mejor hacen que podamos saber con mayor certeza como se van a comportar y a responder a los tratamientos. Estos Biomarcadores adoptan nombres de los genes y permite adaptar mejor los tratamientos y por lo tanto la supervivencia de los pacientes.

- Edad
En adultos, y cuanto más joven, más favorable el pronóstico

- Estado funcional
La capacidad del paciente para hacer una vida más o menos independiente en cuanto a sus actividades básicas de la vida diaria (ABVD), es un importante factor pronóstico.
Cuanto más independiente esté el paciente mejor será su estado funcional y esto conlleva a un mejor pronóstico.

- Tumor residual tras la cirugía
Debido a la localización del tumor es posible que la cirugía no pueda llevarse a cabo por el alto riesgo de secuelas graves. En estos casos solo se puede hacer una biopsia del tumor, por lo tanto, siempre queda enfermedad tumoral residual. Cuando esto ocurre el pronóstico es peor porque puede provocar metástasis.

- Extensión metastásica de la enfermedad
La extensión de los tumores cerebrales a otros órganos o a ganglios linfáticos es muy rara y excepcional salvo en algún tipo concreto como el meduloblastoma que cuando ocurre comporta un peor pronóstico.

Para más información consulte la página de SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica).

¿Qué síntomas tiene?

A medida que va creciendo el tumor, a veces causan dolor de cabeza presionando los vasos sanguíneos que son sensibles al dolor. Este dolor puede ser continuo o periódico y por lo general se siente una fuerte presión en la cabeza. El dolor no se alivia hasta que no se trata con cirugía, radiación o quimioterapia. 
Los síntomas del tumor cerebral dependen principalmente de su tamaño y localización en el cerebro. También pueden deberse a la hidrocefalia, que se produce cuando el tumor bloquea el flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR) y hace que se acumule en los ventrículos.

Los síntomas del tumor cerebral más frecuentes son:

- Afasias (dificultad para comprender y elaborar el lenguaje)
- Convulsiones motoras
- Paresias (parálisis)
- Apraxias (problemas para realizar ciertos movimientos)
- Agnosias (alteración de la memoria)
- Pérdida de oído (audición) y visión borrosa
- Dificultad sensorial (táctil) y motora (control de movimientos)
- Pérdida del equilibrio
- Cambios de comportamiento, personalidad y memoria
- Dificultad para hablar
- Trombosis venosa profunda

- Confusión mental y alucinaciones
- Dolor de cabeza frecuente (empeora con la actividad y en la madrugada)
- Fatiga
- Depresión
- Disfunción endocrina (cambios hormonales y glandulares)
- Movimientos involuntarios repetitivos, tales como espasmos
- Náuseas o vómitos
- Pérdida de control de las funciones corporales. Ausencia de respiración durante un tiempo, que hace a la persona estar somnolienta y experimentar dolor de cabeza, confusión, debilidad, entumecimiento y dolor en los músculos




¿Qué tipos hay?

Los tumores pueden ser benignos o malignos, dependiendo de la rapidez de su crecimiento y de si logran resecarse o curarse mediante el tratamiento neuroquirúrgico.

Los tipos de tumores cerebrales son:

Tumores intracraneales primarios:

Son aquellos que se originan en el cerebro. Suelen aparecer durante la infancia y también a partir de los cuarenta o cincuenta años.

Astrocitoma:

Se trata de un tipo de glioma, es decir, tumor que crece a partir de los tejidos que sostienen y rodean a las células nerviosas. Existen astrocitomas pilocíticos, difusos y anaplásicos. 


Glioblastoma multiforme:
Este tumor representa el 20 por ciento de todos los tumores intracraneales y pertenece a la familia de unos tumores llamados gliomas (la mitad de los gliomas, son glioblastomas). Suele aparecer en la quinta o sexta década de vida y afecta más a los hombres que a las mujeres. Se localiza habitualmente en los hemisferios cerebrales.




Ependimoma:

Es un tumor derivado de las células ependimarias. Los ependimomas del cuarto ventrículo causan hidrocefalia (dilatación anormal de los ventrículos cerebrales a causa del exceso de líquido cefalorraquídeo en el cerebro) y un síndrome de hipertensión intracraneal general. Con frecuencia aparecen en niños.

Meningiona:

Es un tumor benigno originado a partir de células aracnoideas. Su máxima frecuencia se da en la séptima década de la vida. Se origina en las células de la membrana que recubre el cerebro.

Linfoma cerebral primario:


Representa el 1-2 por ciento de todos los tumores intracraneales primarios pero su incidencia está aumentando debido a la asociación que tiene con estados de inmunosupresión adquirida ( SIDA, quimioterapia prolongada, trasplantados) o congénita ( ataxia-telangiectasia , síndrome de Wiskott-Aldrich ). 

Meduloblastoma:

Se trata de un tumor con origen en las células embrionarias. Su comportamiento es maligno. La exploración física muestra coordinación escasa y movimientos inseguros, movimientos inconscientes y rápidos del globo ocular y papiledema (inflamación del nervio óptico en su entrada en el ojo). Puede aparecer metástasis sistémica (reproducción de las células tumorales) en ganglios linfáticos, huesos y pulmón. 

Hemangioblastoma del cerebelo:

Se trata de un tumor benigno que suele situarse en el cerebelo causando un síndrome hemisférico con ataxia (incapacidad para controlar los movimientos musculares voluntarios), nistagmo (movimientos inconscientes y rápidos del globo ocular), cefalea e inflamación del nervio óptico en su entrada en el ojo (papiledema). 

Papiloma del cuarto ventrículo:

Se origina sobre todo en el ventrículo lateral y en el cuarto ventrículo. Son tumores de la infancia, el 5O por ciento aparece durante el primer año y el 75 por ciento en la primera década.

Pinealoma:

Son tumores originados en la glándula pineal. Se distinguen varios tipos histológicos: germinoma, pinealoma (pineocitoma, pineoblastoma), teratoma y glioma. El más frecuente es el germinoma. El germinoma suele aparecer en la infancia y primera adolescencia con leve predominio en varones.
  - Craniofaringioma:
Se trata de un tumor congénito. Aparece en la infancia y adolescencia tardía. 
  - Neurinoma del acústico:
La mayor incidencia se da en la quinta y sexta década, afectando a ambos sexos por igual.

Adenomas de hipófisis:

Los tumores de la glándula de la hipófisis suelen ser benignos, pero secretan cantidades exageradas de hormonas hipofisarias. 



Tumores del foramen mágnum:

Sólo representan el 1 por ciento de los tumores intracraneales, y son importantes porque pueden simular otras enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple, siringomielia, esclerosis lateral amiotrófica, mielopatía por cervicoartrosis).