Los tumores cerebrales pueden dejar numerosas secuelas tanto por su presencia y el lugar vital que ocupa como por alteraciones provocadas por los tratamientos (quirúrgico, radioterapia). Las alteraciones que pueden presentar son motoras, sensitivas, de coordinación, trastornos de la marcha, déficit cognitivo, limitación en la comunicación, trastornos de la conducta y emocionales.
Para el tratamiento de estos síntomas, tienen que intervenir neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.
Para el tratamiento de estos síntomas, tienen que intervenir neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.
La terapia ocupacional se encarga de las siguientes áreas:
- Intervención sobre habilidades alteradas tras la lesión neurológica
- Mejorar la funcionalidad del miembro afectado
- Aumentar la independencia en actividades de la vida diaria
- Adaptación del entorno
- Recomendación de ayudas técnicas
- Consejos a familiares
- Reorientación vocacional / Reinserción laboral
Los terapeutas ocupacionales que trabajan con niños con cáncer se enfrentan a un reto profesional en el
que los niños presentan problemas motores, emocionales, cognitivos, de
integración sensorial y habilidades sociales. La intervención ofrecida por el terapeuta necesita mantener y fortalecer estas funciones relacionadas con la
vida diaria.
Los terapeutas ocupacionales no trabajan con los niños
de forma independiente, sino como individuos dentro de una familia, y de un
entorno social y ambiente concretos. Los padres, en particular, son de gran
importancia para el terapeuta y es necesario incluirlos dentro del programa de
tratamiento.
Este profesional debe estimular al niño a mantener su capacidad de autocuidado, su
independencia, tanto como sea posible: en la escuela, en el juego/tiempo libre, mecanismos de defensa para hacer frente a la enfermedad, y en el entorno.
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